Vida Generosa, Parte 3

Queridos hermanos y hermanas de New Hope, 

La pastora Vicki y el pastor Roberto han estado compartiendo palabras de aliento, ejemplos bíblicos de cómo vivir generosamente y llamándonos a la acción. Espero por mi parte ofrecerles lo mismo, a ustedes y con ustedes.

Algo me impactó durante un estudio reciente sobre el libro de los Jueces de J.D. Greear. Cuando decimos "No puedo", a menudo queremos decir "No lo haré", porque hemos relegado a Dios a un segundo plano.

En Jueces 1:19, los israelitas tuvieron gran éxito al conquistar la Tierra Prometida, pero no lograron expulsar a los cananeos, quienes tenían carros de hierro. ¿En serio? El mismo Dios que dividió el Mar Rojo, proveyó maná del cielo y sacó agua de las rocas... ¿no podía con los carros de hierro? Claro que sí. El problema no era el poder de Dios, sino la falta de fe y obediencia de Israel. Y debido a eso, quedaron con espinas en el costado (Jueces 2:1-3). Entonces, cuando dices "No puedo", ¿Será que en realidad estás diciendo "No lo haré"?

Todos coincidimos en que todo, nuestro tiempo, talentos y recursos pertenecen a Dios. Vivir generosamente es reconocer esa verdad y actuar en consecuencia. Seré el primero en admitirlo: Todavía estoy en proceso de desarrollo. Soy fuerte en algunas áreas, y en otras, necesito dejar de decir "No lo haré".

El Tiempo

No tenemos ningún control sobre cuánto tiempo se nos da, pero sí controlamos cómo lo usamos. El ocio y la distracción no reflejan la vida de un discípulo. Sé que he caído en esa trampa. Extender la mano, ayudar a los demás, sacrificar la comodidad... estas cosas no siempre son fáciles. Pero son esenciales.

Los Talentos

Dios nos da a cada uno dones espirituales y talentos prácticos para usarlos para su gloria. Hay tantas oportunidades para servir en New Hope, y siempre hay una necesidad. Durante años, asumí que el liderazgo de grupos pequeños y servir como ujier eran "suficientes". Pero estoy muy agradecido de que Dios me haya impulsado a un servicio y liderazgo más profundos. Ha sido una bendición, incluso cuando me ha exigido mucho. 

El Diezmo

Hace más de 20 años, mi esposa Paton y yo dimos un salto de fe y comenzamos a diezmar. Pusimos a prueba a Dios, tal como nos invita Malaquías 3:10. Era, y sigue siendo, sostenible. ¿Siempre fue fácil? No. Pero Dios siempre ha provisto. Al principio, me costaba entender las matemáticas: si doy entre el 15 y el 20 % en impuestos, ¿cómo podría dar el 10 % a Dios? Pero Dios no me lo pidió por necesidad, sino como señal de fe, obediencia y confianza. Y aprendí que con Dios las matemáticas sí funcionan.

Dos preguntas finales para que ores por cada una de estas áreas: tiempo, talentos y diezmo:

  • ¿Cuál es el costo de la desobediencia?

  • ¿Estás listo para decir: "Lo haré"?

En y por su gracia,

Cecil Cadwallader

In English

Next
Next

Vida Generosa, Parte 2