Creemos que dar es más que una acción;

es una expresión de adoración, fe y gratitud.

Cada semilla sembrada en la casa de Dios produce fruto al 101%, que trasciende generaciones.  Su generosidad nos permite llevar esperanza, extender el reino y mostrar el amor de Cristo de manera práctica.

En línea

Sus ofrendas no solo transforman familias localmente, también llegan a naciones donde la esperanza es necesaria; a nuestras iglesias hermanas en Cuba, México y Guatemala; llevando ayuda humanitaria, proveyendo recursos, y compartiendo el mensaje de Jesús para salvación y vida eterna.